Escritos a raíz de sus propias vivencias en la batalla, en Cuentos de civiles y soldados (1891), Ambrose Bierce nos ofrece unos relatos que son, sencillamente, pequeñas obras maestras. De un humor corrosivo sólo comparable a Wilde, eslabón imprescindible entre Edgar Allan Poe y Lovecraft, en estos cuentos el horror metafísico adquiere una veracidad y presencia absolutamente palpables. Escaramuzas, ejecuciones, guardias nocturnas, crímenes, campamentos de buscadores de oro, duelos… Todo lo abarca Briece, alejado de los héroes de una pieza y de la épica o la leyenda, pues sus personajes, encarados a retos casi sobrehumanos, como librar una guerra o adentrarse en inmensidades desconocidas, se enfrentan no sólo a los peligros que los rodean, sino también a sí mismos. Una obra magistral sobre el eterno drama que es la guerra.
Edhasa recupera un clásico, una obra fundamental sobre el antibelicismo y el ser humano.